¿Cómo perdió
realmente la
oreja Van Gogh?

Vincent van Gogh, autorretrato con una oreja vendada, 1889, óleo sobre lienzo, La galería Courtauld, Londres

Vincent van Gogh, autorretrato con una oreja vendada, 1889, óleo sobre lienzo, La galería Courtauld, Londres

La historia de van Gogh y de cómo cortó su propia oreja y se la dio a una prostituta es una leyenda histórica del arte ampliamente conocida. Sin embargo, a diferencia de muchas leyendas, esta es cierta. Los estudiosos saben desde hace tiempo que van Gogh, que después de una discusión con Paul Gauguin, la noche del 23 de diciembre de 1888, tomó una navaja y cortó parte de su oreja izquierda. Luego envolvió el trozo de oreja en un periódico y se lo dio a una prostituta llamada Rachel. Después de este episodio, el artista fue hospitalizado y finalmente decidió entrar en un asilo para someterse a un tratamiento a largo plazo. A raíz del incidente, Gauguin salió de la Casa Amarilla en Arles, donde los dos habían estado viviendo juntos, nunca regresó, aunque él y Vincent siguieron en contacto.

Es cierto que la oreja de van Gogh estaba mutilada: algunas fuentes documentales, así como las pinturas de sí mismo dejaban ver al artista con una oreja vendada, atestiguando así este hecho. Pero recientemente dos eruditos alemanes han cuestionado si van Gogh fue el responsable. Hans Kaufmann y Rita Wildegans, en su libro Van Goghs Ohr: Paul Gauguin und der Pakt des Schweigens ("La oreja de van Gogh, Paul Gauguin y el pacto de silencio", Berlín: Osburg, 2008), argumentan que fue Gauguin quien cortó la oreja de van Gogh, y que lo hizo con una espada de esgrima durante una discusión.

Ellos basan sus afirmaciones en una variedad de fuentes asociadas con el evento, incluyendo registros policiales, las propias cartas de Van Gogh, y teorías sobre la condición mental del artista para ese momento.

Según la teoría de Kaufmann y Wildegans, Gauguin y Van Gogh discutían sobre Rachel, la prostituta y sobre cuál era la mejor manera de pintar. Cuando van Gogh se puso histérico ante la amenaza de Gauguin de dejar Arles, Gauguin blandió su espada de esgrima (era un esgrimista aficionado) y accidentalmente cortó parte de la oreja de su amigo. Los dos artistas ocultaron la verdad en sus declaraciones policiales, probablemente para proteger a Gauguin de ser apresado.

Para respaldar su opinión, los autores señalan incoherencias en los registros policiales y declaraciones crípticas en las cartas de los artistas, aunque admiten que sus pruebas no son concluyentes en última instancia. La mayoría de los eruditos de van Gogh siguen sin estar convencidos, incluso si encuentran que la teoría es interesante y reconocen que Kaufmann y Wildegans han hecho un trabajo admirable analizando la evidencia documental. En última instancia, el debate apunta al continuo interés y fascinación por van Gogh. Historias como esta forman parte de nuestro patrimonio cultural, tanto como las pinturas y dibujos del artista.